jueves, 2 de abril de 2015

EXISTE UNA SEGUNDA MUERTE



La segunda muerte.

Existe una segunda muerte, más silenciosa e inadvertida, que se produce tan repentinamente como la primera aunque sin dejar deudos, ni entierros, ni funerales, ni amenas conversaciones acerca de las bondades retrospectivas del difunto.

Esta segunda muerte sucede tiempo después de la desaparición física de la persona. En algunos casos ocurre casi de inmediato, en otros, se produce varios años, e incluso generaciones después; y consiste en la cesación del nombre, y acaso del espiritu del fallecido.

La segunda muerte, a la que todos estamos sujetos aún en la celebridad más dilatada, ocurre casi como una fuerza imparable. El profesor Lugano ha imaginado la siguiente secuencia para explicarla:

Alguien muere.

Las personas que lo conocieron mueren.

Las personas que conocieron a los que lo conocieron mueren.

Las personas que conocieron a los que conocieron a los que lo conocieron mueren.

¿En qué consiste la segunda muerte?

Su nombre jamás volverá a ser pronunciado.

El profesor Lugano incluso ha calculado un algoritmo para promediar la segunda muerte que nos aguarda inexorablemente, llegando a la conclusión de que todos seremos prolijamente olvidados unos cien años después de nuestra desaparición física.

Desde aquí discrepamos modestamente con el profesor, siempre empeñado en recordar sucesos miserables y omitir otros de mayor relevancia histórica.

La segunda muerte no consiste en el olvido, sino en la muerte del recuerdo.

Efectivamente, llegará el día en el que todas las personas que nos conocieron morirán, y con ellas todos los recuerdos, buenos y malos, que hallamos dejado en ellas. Pero con la desaparición de esta corte también desaparecerá algo más: nuestro nombre.

El mundo seguirá girando sin personas que nos hayan conocido. Nadie sobre el globo tendrá una anécdota sobre nosotros, sobre nuestras miserias y aciertos casuales.

Cuando la Tierra amanezca sobre un horizonte en donde nadie nos conozca moriremos por segunda vez, y acaso entonces seremos libres.