El viento empujaba con fuerza, y, junto a con la lluvia que caía salvajemente, hacían perder a Dean las esperanzas de encontrar refugio, y ya si veía al lado de un árbol, refugiándose a duras penas del temporal que se había desatado en la mitad de la noche, pero la silueta de un imponente castillo sacó a Dean de sus pensamientos, que se dirigió rápidamente al majestuoso portón, y llamó fuertemente, después de un poco, apareció ante él un escuálido hombre, con pintas de mayordomo, que tras recoger sus empapadas ropas, y ofrecerle una muda limpia, lo escoltó hasta su "amo", Dean supuso que se referiría al señor del castillo.
Llegaron al que parecía ser una biblioteca, el siervo no pronunció ni media palabra, tan solo señaló al centro de la estancia, donde había dos opulentas butacas, en una de ellos descansaba un hombre que debía tener unos sesenta años, su pelo ya carecía de color, al igual que el bigote, el anciano, que recibió al hospede con una gran hospitalidad, y después de escuchar Dean relatarle como, al viajar hacia el norte, se había perdido en medio de la fuerte tormenta, le ofreció una copa para entrar en calor, hablaron de muchas cosas, pero Dean estaba distraído, mirando un cuadro de grandes dimensiones, había algo en él que le llamaba la atención, el marco, ricamente adornado, y que parecía hecho de oro, aparentaba ser muy viejo, pero la pintura estaba como se hay habían habido pintado hace poco, el anfitrión se percató de la falta de atención de su huésped, y siguiendo su mirada, dijo:
“¿Le gusta el cuadro?, es un retrato de mi antepasado Daniel O´Craught, devenido sus maneras poco... ortodoxas, acumuló una gran riqueza, también estaba obsesionado con un cuerpo eternamente joven, él sostenía que la sangre era la esencia vital del ser humano, y por eso la gente lo acusaba de vampiro, relacionándolo con una extrañas desapariciones de campesinos, por esta razón, los campesinos, una noche, asaltaron el castillo y le dieron muerte. Este retrato fue pintado por un amigo suyo, y por petición expresa de Daniel, fue pintado usando como base para los colores su propia sangre, eso es, en mi opinión, es lo que le da esa sensación de estar "vivo".
En ese momento, en alguna iglesia cercana, sonaron doce campanadas, y el anfitrión sorprendido por el rápido paso de las horas, le indicó a Dean el camino hacia el cuarto de invitados.
Esa noche, Dean no podía dormir, le parecía escuchar pasos y hasta le creyó notar cómo se movía el picaporte.
A la mañana siguiente, la luz de la soleada mañana entraba por los ventanales, e iluminaba toda la biblioteca, podía verse como el anfitrión, subido a una escalera, limpiaba una mancha de la comisura de los labios del retrato, la mancha parecía ser sangre.