Cae y escurre pesada,
el agua entre las grietas
sangre y sudor de la vida
almas grises que despiertan
como ángeles pecadores
voces tenues y siniestras.
El nido oscuro de la muerte
boca de espanto entreabierta
tumba donde convergen
la desdicha de mi suerte
tu fragancia y mis letras.
Calle el mármol para siempre
aquello que no contempla
frío el amanecer estremece
tu humanidad bajo tierra
Y una cruz mirando al cielo
cruje seca en mi tormenta.
(Argentina)