(A la muerte de un ser Índigo)
Cobija este humilde huésped
Hijo de la misma tierraCarne de la propia carne
Alma de lejana estrella
Ya no pregunta a solas
Dónde elevará su destino
El surco le dio alimento
El cielo un arduo camino
Nadie comprendió la conciencia
El propósito de lo divino
Quedó atrapado en el fuego
Del deambular peregrino.
Cobija este eterno huésped,
Que nunca temió a la muerte
Que vio más allá de la vida,
Respuestas para ignorante
Preguntas a su propia suerte.
Rita Mercedes Chio