Parece que en el cementerio Père Lachaise de París hay una tumba “erótica” devenida, desde hace años, en una de las más “turísticas” de las sepulturas francesas. Se trata de la “morada final” de un joven periodista llamado Victor Noir, que murió de un balazo hace más de un
siglo, justo un día antes de su casamiento. El chico había querido “mediar en un conflicto surgido entre su redactor jefe y un primo de Napoleón III” cuentan los redactores del blog Amazing, y así le fué.
La sepultura en cuestión podría pasar inadvertida si no fuera por la estatua que la corona. Parece que para honrar la memoria del pobre Noir sus allegados mandaron a hacer una escultura a escala fundida en bronce y en la que el artista Amédée-Jules Dalou puso mucho esmero, ya que intentó reproducir al detalle la imagen del finado en el momento exacto de su muerte. El tipo había quedado tendido boca arriba… y con una visible y repentina erección bajo el pantalón. A poco de haber sido colocada la obra de arte sobre la tumba “se extendió el mito de que frotar, besar o rozarse con la bragueta de la estatua asegura la fertilidad de la mujer que lo haga”.
Estados Unidos se consideraba la tierra de las oportunidades. Durante décadas, muchos inmigrantes se afincaban en los Estados Unidos de América en busca de un futuro mejor. Esto es lo que hizo Carl Tanzler, un radiólogo de nacionalidad alemana.
Tanzler emigró a Zephyrillis, una ciudad del condado de Pasco en Florida. Llegó con su mujer y dos hijas, pero poco más tarde dejó a su familia para mudarse a la Isla de Key West, cerca de Miami. Allí alquiló un aparato de rayos-x en el Hospital de la Marina Estadounidense, y cambió su nombre a Carl von Cosel.
Un día de 1930, la vida de Tanzler cambió para siempre.Tenía cincuenta y pocos años en aquel entonces y tuvo un romance con su paciente Maria Elena Milagro de Hoyos. Ésta padecía tuberculosis y su madre la llevó al hospital en busca de tratamiento para su patología. Tanzler tuvo visiones durante su infancia de la mujer de su vida
De niño en Alemania, Tanzler reportó que tenía visiones de una chica exótica, la supuesta mujer de su vida. Cuando conoció a María Elena, pensó que era la mujer de sus visiones. Es decir, que esta mujer cubana de 21 años era su verdadero amor.
Gracias a su flechazo y a pesar de que Tanzler no contaba con suficiente formación para tratar esta patología, y además de las pocas posibilidades de curación de la paciente, él mismo realizó el tratamiento de Elena desde la casa de sus padres.
Pero María Elena Milagro de Hoyos empeoró debido a su enfermedad, y 25 de Octubre de 1931 falleció. Entonces, el bueno de Tanzler pagó el funeral y construyó un mausoleo para María Elena en el cementerio de la Isla de Key West, todo esto con el consentimiento de su familia. Visitó su tumba cada noche durante un año y medio después de su muerte. Su obsesión por María Elena y la exhumación del cadáver
Pero pronto la obsesión por María Elena se volvió macabra. Tazler contó más tarde que el espíritu de Maria Elena cantaba para él en castellano mientras se sentaba cerca de la tumba, y le suplicaba que se la llevara con él. En abril de 1933, Tanzler exhumó el cadáver de la chica cubana y se lo llevó a su casa con un carrito de juguete.
Cuando el cuerpo estaba en su casa, se dedicó a preservarlo de maneras inimaginables. Ya que éste estaba en un estado considerable de putrefacción, pego sus huesos con perchas y cables, le puso ojos de cristal en las cuencas de sus ojos, y reemplazó la carne podrida con tela de seda tratada con cera y yeso blanco. Tanzler introdujo trapos en las cavidades abdominales y el pecho para mantener la ilusión de la forma humana y le puso una peluca que María Elena solía llevar puesta. Para ocultar el olor a putrefacto, el radiólogo utilizó litros y litros de perfume.
"Tanzler mantenía relaciones sexuales con el cadáver de Maria Elena Milagro de Hoyos" Paso días y noches enteras con el cuerpo, incluso bailaba con él. Además, Tanzler mantenía relaciones sexuales con el cadáver.
Tras un tiempo, los rumores llegaron a la familia de Maria Elena. Su hermana Florinda fue hasta casa de Tanzler, y para su enorme sorpresa, descubrió el cuerpo de su hermana. Sin pensarlo, llamó a la policía y Tanzler fue detenido.
El caso se hizo muy famoso y tuvo bastante repercusión mediática. Después de su detención, el cuerpo de María Elena fue enterrado en el cementerio para que pudiera descansar en paz. Cuando Tanzler salió de la cárcel, escribió una autobiografía que fue publicada en Fantastic Adventures. Rita M Chio
Se trata de Tarja Turunen, ex cantante de Nightwish, que hace varios años se separó de la banda para arrancar su carrera solista, y quien desde 2005 decidió venir a vivir a la Argentina.
Parece que tiene las horas contadas en el país, ya que luego de la victoria de Mauricio Macri como presidente, brindó una entrevista a un medio finlandés (su país de origen) donde puso en duda su permanencia en la Argentina.
Tal como destaca el portal 'Silencio', sobre una entrevista realizada por el diario Iltalehti, Tarja expresó: "La situación política es tan inestable que lo estamos analizando. Queremos estar tranquilos sobre lo que está por venir”.
En ese sentido, comentó: "Nos atrae Europa. España podría ser una nueva casa para nuestra familia, lo hemos pensado seriamente”, además de comentar que estaría también más cerca de sus pagos.
Cuando vino a vivir a la Argentina en su momento, brindó una entrevista a la revista Rolling Stone, donde había dicho: "En Finlandia no tengo vida privada. Aquí viajo en subte, sale el sol, es increíble''.
En 1965, Los Ángeles, una madre viuda y sus dos hijas añaden un nuevo truco para reforzar su negocio de scam de la seance y involuntariamente invitar el mal auténtico en su hogar. Cuando la hija más joven es alcanzada por un espíritu despiadado, la familia se enfrenta a temores impensables para salvarla y enviar a su poseedor de vuelta al otro lado.
Rarezas que les quiero mostrar un lugar de esos que no sobran en ningún lado, y vuelven a la ciudad de Buenos Aires un lugar más misterioso para habitar.
Resulta que un día con unos amigos íbamos caminando por Lambaré (entre corrientes y sarmiento) y yo como un boludo mire para arriba al lado de un edificio un poco (bastante) descuidado y casi me llevo el susto de mi vida, porque lo que teníamos encima nuestro era lo siguiente :
UN MONTÓN DE MUÑECOS Y MUÑECAS
todas están en un estado digno de una película de terror , y para empeorar las cosas muchas están en pose, algunas incluso están sentadas en una hamaca!
Abajo hay un negocio de antigüedades, siempre que se pasa al lado, adentro parece abandonado, pero igualmente siguen subiendo y bajando las rejas del negocio.
La isla de San Michele ha sido el cementerio de Venecia desde principios del siglo XIX. Anteriormente, en realidad eran dos islas las que conformaban a este lugar, pero éstas fueron unidas y ahora la Isla de San Michele está dedicada enteramente a aquellos que ya partieron, siendo ocupada en su totalidad por iglesias y por largas filas de tumbas.
Existen otros cementerios famosos en Europa, como el Père Lachaise en París que atrae a muchos turistas. Sin embargo, en Italia, los cementerios normalmente no son destinos turísticos.
En San Michele es posible encontrar tumbas de grandes personajes que descansan en su última morada, incluyendo a Igor Stravinsky, Joseph Brodsky, Sergei Diaghilev, Ezra pound y Luigi Nono entre otros.
La primera de las historias es la conocida y trillada “Dama de Blanco” de la Recoleta, y corresponde a la trágica muerte de Rufina Cambaceres, hija del escritor Eugenio Cambaceres y la bailarina italiana Luisa Baccichi (“La Bachicha”). Madre e hija quedaron solas tras la muerte del escritor, y por ser miembros de la alta sociedad de fines del siglo XIX, la italiana llegó a ser “la querida” del futuro presidente Hipólito Yrigoyen.
En ese entonces, Rufina tenía tan sólo catorce años. Testimonios de la época dicen que la joven era hermosa, por lo que muchos jóvenes la pretendían, pero ella les era indiferente, tal vez por su personalidad tímida e introvertida.
Cuando creció, la madre viuda de Rufina se convirtió en la pareja de Yrigoyen. El 31 de mayo de 1902 la joven cumplía 19 años y su madre, Luisa, había organizado una salida al teatro Colón, para escuchar lírica.
Finalizado el festejo, llegaba el momento de partir hacia el teatro pero Luisa escuchó un grito aterrador de una de las mucamas, que había encontrado el cuerpo de la joven tirada en el piso y muerta. 31 de mayo de 1902. Aquí aparecen varias leyendas: una cuenta que Luisa mantenía relaciones con el novio de Rufina y que su mejor amiga le dio la noticia, causándole tal disgusto que cayó al suelo.
En un libro de Victoria Azurduy figura una versión un tanto escalofriante: Luisa y su amante don Hipólito suministraban un somnífero a su hija para poder encontrarse clandestinamente. Esa noche se les fue la mano con la dosis y Rufina entró en un coma profundo, del cual despertó en su tumba.
Una tercera variante de la historia cuenta que Rufina logró salir de su ataúd y que al encontrarse sola y de noche en pleno cementerio, murió de un ataque al corazón. En este punto, hay quienes dicen que el ataúd se encontró abierto.
Se llamaba Segundo David Peralta, pero para el mito fue Mate Cocido. Había nacido en Monteros, Tucumán, el 3 de marzo de 1897. La leyenda lo presenta como el bandido que robaba a los ricos y ayudaba a los pobres; otros afirman que en realidad vengaba a los pobres, y no faltan los que aseguran que los representaba políticamente. Se habla de su coraje, su inteligencia y generosidad, de sus ideas anarquistas y de su prédica solidaria. Demás está decir que la competencia entre leyenda e historia, la gana de punta a punta la leyenda.
Un célebre chamamé escrito por Nélida Argentina Zenón, canciones firmadas por Adrián Abonizio y León Gieco, relatos orales de quienes lo conocieron, tejieron una trama que ningún historiador pudo deshacer. Mate Cocido fue y será para siempre el bandido romántico, el Robin Hood de los pobres, el enemigo de la Forestal, Dreyfus, Clayton o Bunge y Born, el delincuente que ni la policía, ni los gendarmes, ni las promesas de recompensas cada vez más altas, lograrán derrotar.
Se dice que la Gendarmería se creó a pedido de Bunge y Born para perseguirlo. Puede ser. Se dice que para los gerentes de las multinacionales era una pesadilla. Tal vez. Yo sinceramente , no creo que haya sido para tanto, aunque sí me atrevería a decir que entre Mate Cocido y Galimberti, me quedo toda la vida con Mate Cocido. Más leal, más derecho, más hombre.
La leyenda se transforma en mito cuando el personaje vence las leyes de la lógica. Algo así ocurrió con nuestro héroe. No murió, no lo mataron; desapareció sin dejar huellas. Una delación, un tiroteo a orillas de las vías del ferrocarril, una ametralladora que se traba y Mate Cocido se pierde en la espesura. Para esa fecha tenía cuarenta y dos años. Era relativamente joven y estaba en la plenitud de sus energías. La Gendarmería y en particular el comisario Guillermo Solveyra Casares lo rastrearon por cielo y tierra. Siguieron sus huellas -o los rumores sobre sus huellas- por Añatuya, Corrientes, Asunción, Villarica, Lambaré, hasta que se dieron por vencidos. Mate Cocido murió en el monte como consecuencia de las heridas o se lo tragó la tierra o está en el Olimpo donde moran los grandes dioses de la historia.
Su mujer, Ramona Romano y su hijo Mario vivieron hasta hace pocos años y, según sus palabras, nunca más supieron nada de él. A partir de allí todos son rumores y leyendas. Se dijo que vivió y murió en Asunción protegido por un militar; se dijo que lo vieron en un prostíbulo de Salta; se dijo que estuvo en Rosario y fue puntero del peronismo; se dijo que vivió en Santa Fe; se dijo que murió abatido por el cáncer; se dijo y se dijo, pero pruebas concretas, ninguna.
Se sabe que tres meses después de su huida mandó una carta a la revista Ahora, explicando sus puntos de vista. La carta está firmada por uno de sus apellidos truchos: Manuel Bertolotti. Allí explica los motivos que lo arrastraron al delito y se luce hablando mal de la policía. En algún momento dice: “No soy un delincuente nato. Soy una fabricación por las injusticias sociales y por las persecuciones gratuitas de una policía inmoral y sin escrúpulos”.
Era hijo de los inmigrantes italianos Vittorio Vairoletto y Teresa Bondino. Juan Bautista fue el quinto hijo de ese matrimonio y habría nacido el 11 de noviembre de 1894. En una orden de captura podía leerse su descripción; ojos azules o verdosos, cara granosa, pelo rubio y peina con raya al medio. Estatura 1,68 metros. Se sabe que vestía bombacha de campo, camisa oscura y chambergo con pañuelo al cuello calzando alpargatas o botas. Tenía dos tatuajes, uno con la figura de una mujer y otro un triángulo encerrando el número 13 y sus iniciales; J.B.
Como en todos los mitos populares las múltiples hazañas que se le atribuyen no pueden ser verificadas. Se cuenta que haciendo gala de su astucia, cuando murió su padre concurrió al velatorio en el rancho rodeado de fuerzas de seguridad que lo estaban esperando. Ningún efectivo se dio cuenta que esa mujer que llegó casi a medianoche vistiendo luto, llorosa, con un niño entre sus brazos y otro colgado de sus polleras era Bairoletto. Se dice que los civiles presentes se dieron cuenta del engaño pero callaron para protegerlo. Luego se supo que los niños eran los nietos del dueño del carruaje en que llegó “la señora”.
Cansado de huir pacta su entrega con la condición de no ser herido. Se cumple el pacto y es encarcelado. Luego de casi dos años es liberado pero muy desmejorado de salud. Retorna a Castex para reencontrarse con su familia y con Dora. Esta vez ella le rompe el corazón saliendo con otro hombre. Desde ese momento Vairoletto se convirtió en un hombre sombrío. Se relaciona con los políticos locales y cae varias veces detenido por pocos días. Deja Castex y se muda a Victorica. Allí vuelve a ser detenido y pasa varios meses en la cárcel de Santa Rosa. Al salir ya tiene una idea fija, nunca volver a prisión.
Préstamo a tasa cero
Otra hazaña que se le atribuye a Bairoletto es un curioso préstamo y devolución en pocas horas. Se dice que ya como bandolero, en conocimiento que una viuda iba a ser desalojada de su chacra por una deuda que no podía pagar. Bairoletto le dice que la va a ayudar. Concurre a la estancia de un poderoso ganadero de la zona y le pide un préstamo comprometiéndose a devolverlo en pocos días. Le entrega el dinero a la viuda para que pague su deuda sin pedirle nada a cambio. El acreedor concurre a cobrar el dinero y cuando regresaba se encuentra con Bairoletto, quién Winchester en mano que le exige la entrega del dinero. Luego devuelve el dinero al hacendado sin tocar una sola moneda.
Otra vez el amor
Cansado de huir, matar y robar Juan decide dejar esa vida. Regresa con su novia Telma Ceballos, ella 14 y él 41. Ella queda embarazada y entonces deciden retirarse a una chacra en General Alvear, Mendoza, bajo el nombre de Francisco Bravo. Viven un tiempo felices y tienen dos niñas. Un ex cómplice, el Ñato Gazcón, lo delata y a las 5 de la mañana del 21 de enero de 1949 con el rancho rodeado le dan la voz de alto.
Ñato Gascón, el “amigo” que lo traicionó.El ñato Vicente Gascón, compañero de andanzas y entregador de Vairoleto.
-¡Entregate Bairoletto!
-¡Vengan a buscarme!- Dice Telma que su marido gritó empuñando sus dos revólveres. En el feroz tiroteo hiere a varios policías y también es herido. El último tiro se lo pega él. Meses después el traidor Gazcón aparece misteriosamente apuñalado en un campo de la pampa.
Entrevista a Telma Ceballo
“Juan Bairoletto fue un hombre bondadoso, ayudaba a los pobres”A pesar de su frágil salud, la mujer que compartió su vida y tuvo seis hijos con el mítico personaje, habló con Tiempo Argentino. “Él se volvió así por cómo lo trató la policía”, dijo.
Juan fue un hombre bondadoso. En el campo, donde vivíamos, ayudaba a los pobres. La gente lo quería mucho”, dice Telma Ceballos, que hoy cumple cien años. Es la viuda de Juan Bautista Bairoletto, considerado por muchos el último Robin Hood argentino.
A pesar de su salud frágil, Telma dialogó con Tiempo Argentino y recordó al hombre detrás del mito. Cuando Juan murió, Telma dejó la casa que compartía con él en General Alvear, en Mendoza. Actualmente vive con su hija Juana en la capital provincial. ¿Por qué algunos persisten en asociar la figura de Bairoletto a la de un bandido? Luego de un largo silencio, Telma contesta: “Quizá los primeros años lo haya sido, pero para mí fue por los maltratos que le dieron a él en la cárcel, y por cómo lo trató la policía. Después, fue un hombre bueno, con muchos amigos que siempre lo defendieron.”
La mujer prefiere reivindicar el lado humano, y no mítico, del hombre con quien tuvo seis hijos. “Cuando ya no tenía escapatoria, y temía por nuestro futuro, el mío y el de mis hijos, mi esposo decidió tomar esa medida (el suicidio), para que sus enemigos nos dejen tranquilos”. Juana, su hija –e hija de Bairoletto–, agrega: “En realidad, gracias a un libro que escribió mi hijo, y al interés de mi hijo por mi padre, es que la gente de aquí de Mendoza se enteró que éramos familiares directos de Bairoletto. Yo tengo ahora 70 años, y recién a los 65 recuperé mi apellido paterno, porque no queríamos llamar la atención”.
El hijo de Juana, Favio Erreguerena, estudió al personaje y al hombre, y escribió un libro escuchando el relato de la abuela Telma. “Sucede que cuando mi padre falleció –añade Juana–, mi madre se mudó porque no quería tener relaciones con ningún amigo de él. A mí me pone contenta cuando se enteran de que soy hija de Bairoletto, y me dicen: ‘Tu abuelo era amigo del mío, y mi mamá me comentaba que él era muy amable.”
Amable, sí, pero también furioso cuando quería serlo. Porque Bairoletto fue el último “gaucho alzado”, es decir, el último gaucho rebelde al que asfixió una nueva época, más moderna e institucional. Como suele decirse, Bairoletto murió en tiempos en que nacía una nueva Argentina, y en que la industria imponía códigos urbanos, legales, a todo el territorio nacional. Adorado y odiado en partes iguales, cosechó sólidos vínculos con el mundo de la delincuencia, pero también con figuras menores que levantaron las banderas del anarquismo rural. Porque murió violentamente (prefirió suicidarse antes de caer abatido por una redada policial, el 14 de septiembre de 1941), se convirtió inmediatamente en un mártir, cuya fama excedió a la región en la que vivió y murió.
Bairoletto fue el segundo de seis hijos. Adoraba los prostíbulos y las casas donde se apostaba fuerte. El mito dice que robaba a los ricos y ayudaba a los pobres, o a sus amigos. En la década de 1930, se lo hacía responsable de todos los crímenes. A su funeral, asistieron miles de personas llegadas desde La Pampa, donde había nacido. Hoy peregrinan hasta en su mausoleo cada vez más fieles.
Hoy, su esposa cumple 100 años de vida. “¿Si vendrá gente del gobierno al festejo? Nooo, de ninguna manera”, dice Juana, fiel a la tradición anarquista de su padre. «¡la pampa te ha de vengar!«
Muchas obras se inspiraron Bairoletto, entre ellas, el ensayo compuesto por su nieto, Favio Erreguena. El cine lo honra con una película dirigida por Atilio Polverini y protagonizada por Arturo Bonín, de 1985. Una milonga lleva el nombre de “San Bautista Bairoletto”, cuyos primeros versos dicen: “Amparaba al que debía / al pobre, al necesitao / al que era castigao / y a aquel que nada tenía. / ¡San Bautista Bairoletto, / la pampa te ha de vengar!”. León Gieco lo homenajea en su disco Bandidos rurales, a partir de una investigación del historiador Hugo Chumbita. Cuando Gieco presentó este disco, en 2002, llegó hasta Mendoza y cantó con Telma el tema “Sólo le pido a Dios”. Videos:
Edgar Allan Poe (Boston, Estados Unidos, 19 de enero de 1809 – Baltimore, Estados Unidos, 7 de octubre de 1849) fue un escritor, poeta, crítico y periodista romántico[1] estadounidense, generalmente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto, del cual fue uno de los primeros practicantes en su país. Fue renovador de la novela gótica, recordado especialmente por sus cuentos de terror.padres murieron cuando era niño. Fue recogido por un matrimonio adinerado de Richmond, Virginia, Frances y John Allan, aunque nunca fue adoptado oficialmente. Pasó un curso académico en la Universidad de Virginia Murió el 7 de octubre de 1849, en la ciudad de Baltimore, cuando contaba apenas 40 años de edad. La causa exacta de su muerte nunca fue aclarada. Se atribuyó al alcohol, a congestión cerebral, cólera, drogas, fallo cardíaco, rabia, suicidio, tuberculosis y otras causas.
2. Stephen King
Escritor estadounidense de novelas de terror, cuyo pseudónimo es el de Richard Bachman, nació el 21 de septiembre de 1947. Apenas convivió con su padre, pues cuando apenas tenía tres años abandonó a su familia. De niño presenció un trágico accidente, quedando atrapado entre los raíles uno de sus amigos.
Hay críticos que han querido relacionar dicho trauma con su producción literaria, cosa que siempre negó. Quizá su afición a este género se debió más bien a la lectura de los libros de ficción y terror que una tía coleccionaba. Autor de novelas de terror muy populares, muchas de las cuales se han llevado al cine con notable éxito.
3. H.P. Lovecraft
Howard Phillips Lovecraft (1890-1937) ha sido uno de los escritores de horror y ciencia ficcción más influyentes del siglo XX. Injustamente ignorado en vida, fue después de su muerte cuando el empuje de algunos amigos y colegas, empeñados en difundir su obra a cualquier precio, consiguió que se le prestara a su narrativa la atención que merecía.
Hoy en día Lovecraft ocupa en el canon de la literatura norteamericana un lugar preeminente: recientemente ha visto publicada parte de su obra en la "Library of America" - una especie de "salón de la fama" literario- donde comparte catálogo con genios de la talla de James Fenimore Cooper, F. Scott Fitzgerald, Herman Melville, Mark Twain o Edgar Allan Poe (además de algún ex-presidente de los EUA)
4. Bram Stoker
Stoker fue un escritor de novela y relato irlandés que nació el 8 de noviembre de 1847 en Clontarf, Irlanda, y que falleció el 20 de abril de 1912 en Londres, Inglaterra. En su momento fue conocido como el asistente personal del actor Henry Irving y como el gerente del Teatro Lyceum de Londres (del que Irving era dueño), pero hoy en día se le recuerda por la creación de una de las historias de terror más influyentes de todos los tiempos, su novela Drácula, basada en la figura legendaria de Vlad Tepes.
El tercero de siete hijos, nació en el seno de una familia burguesa austera, aficionada a los libros. Su mala salud lo obligó a permanecer en el hogar durante su infancia, años durante los que su madre le narraba cuentos de miedo que influirían en su producción literaria posterior. En 1864 entró en el Trinity College,
5. Mary Shelley
Mary Wollstonecraft Shelley nació en Londres el 30 de agosto de 1797, hija del filosofo y librepensador William Godwin y de la escritora feminista Mary Wollstonecraft.En su vida hay tres hitos importantes, el primero ser hija de semejantes padres, el segundo, su accidentada relación, que luego culminaría en boda, con el poeta Percival Bisshe Shelley, y, el tercero, la maternidad literaria de una novela, Frankestein, que iba a inaugurar todo un género: el de la ciencia ficción.(De aquella velada célebre no surgieron nada más que Frankestein y un relato de vampiros –El Vampiro, cuyo protagonista es lord Ruthven, alter ego del propio Byron-, escrito por el médico personal de George Gordon, el atormentado John William Polidori, en el que se afirma que retrata a su patrón y que sentó las bases para lo que luego constituiría la literatura “vampírica”.
(Ni Byron ni Shelley, llegaron a escribir nunca historia alguna de terror, y hoy es más recordada Mary por su novela del monstruo semi humano que no su marido pese a haber sido éste un poeta célebre en su época).
6. Guy de Maupassant
Escritor francés, autor principalmente de cuentos.Maupassant adquirir una cierta notoriedad en el mundo literario. Será finalmente autor de multitud de cuentos y relatos (más de 300). Sus temas favoritos son los campesinos normandos, los pequeños burgueses, la mediocridad de los funcionarios, la guerra franco prusiana de 1870, las aventuras amorosas o las alucinaciones de la locura: La Casa Tellier (1881), Los cuentos de la becada (1883), El Horla (1887), a través de algunos de los cuales se transparentan los primeros síntomas de su enfermedad.Son especialmente destacables sus cuentos de terror, género en el que es reconocido como maestro, a la altura de Edgar Allan Poe. En estos cuentos, narrados con un estilo ágil y nervioso, repleto de exclamaciones y signos de interrogación, se echa de ver la presencia obsesiva de la muerte, el desvarío y lo sobrenatural: ¿Quién sabe?, La noche, La cabellera o el ya mencionado El Horla, el cual pertenece al género de horror.
7. Ann Radcliffe
La reina de lo gótico, tal y como la llaman los aficionados al género, abandonó la literatura consumida por la melancolía en que la sumieron la pérdida de sus padres y la enfermedad degenerativa que se apoderó de su marido. Sorprende que la tristeza le llevara a dejar la pluma en lugar de a cogerla con más fuerza, presta a dar cuenta de sus tristezas. Pero sorprende más que una puritana, pues eso era Ann Radcliffe al igual que cualquier otra inglesa de su clase y de su época, alumbrara los horrores que alumbró en textos como "Los misterios de Udolfo" (1794) y "El italiano o el confesionario de los penitentes negros" (1797). Nacida en Londres, el 9 de julio 1764, fue la de miss Oates -Radcliffe era el apellido de su marido- una familia acomodada. Prósperos comerciantes, no faltaban entre ellos amantes de la cultura. Si bien la educación que procuraron a la joven quedó reducida a algunas nociones de arte y a otras de música, las aficiones de la muchacha a la lectura alimentaron su espíritu creador. Apunta Agustín Izquierdo en el prólogo a la última edición española de "El italiano" que, entre las obras favoritas de la joven Ann, siempre destacó "Macbeth". Ello podría explicar esa pasión de la autora por el tenebrismo.
8. Arthur Machen
Escritor y periodista galés, fue autor de relatos de terror fantástico, además de actor. Es también conocido por ser el principal creador del mito de los Ángeles de Mons, leyenda relacionada con las tropas británicas durante la I Guerra Mundial.Nacido bajo el nombre de Arthur Llewellyn Jones, en Caerleon-on-Usk, en Monmouthshire, condado de Newport, al sur de Gales, el 3 de marzo de 1863 en Gales, Reino Unido. Hijo del pastor anglicano John Edward Jones, el joven Arthur creció en la rectoría. La educación cristiana sería fundamental más tarde para sus escritos. En aquel entonces su padre adoptó el apellido de soltera de su madre, Machen, para heredar cierto patrimonio siendo Jones-Machen, y su hijo utilizaría sencillamente el nombre de Arthur Machen. El amor de Arthur Machen por la belleza de su tierra galesa de Gwent, con sus frondosos bosques e interminables campiñas, además de sus raíces históricas célticas, romanas y medievales, constituyeron uno de los epicentros más importantes de su literatura...
9. William Hope Hodgson
A pesar de que es uno de los escritores de horror más interesantes del siglo XX, se encuentra sumido en un injusto olvido. Por suerte diferentes ediciones en español están logrando dar a conocer a un autor que, al igual que Lovecraft, no brillan por un estilo literario demasiado acabado sino por su desbordante imaginación. William Hope Hodgson nació en Essex, Inglaterra en el año 1877 (algunas fuentes señalan que fue en 1875). A los 13 años se embarcó en un navío mercante el cual le permitió circunnavegar el globo en tres oportunidades. Sin embargo poco a poco fue dejando de lado su pasión por el mar, en parte por la mala vida que se llevaba en los barcos, por lo que al cabo de ocho años decidió volver a instalarse en tierra firme. De vuelta a Inglaterra se ganó la vida como fotógrafo y como fisicoculturista. Paralelamente empezó su carrera como escritor con una increíble serie de fracasos: en una carta del 17 de noviembre de 1903 Hodgson le comenta a un amigo que hasta ese momento había recibido un total de 427 rechazos por parte de los editores. Por ejemplo, su "obra maestra" House on the Borderland (La casa en el confín de la tierra) fue rechazada veintiún veces hacia 1905... ¡y recién fue publicada en 1908! Lo primero que logró publicar fue el cuento A Tropical Horror el cual salió en The Grand Magazine, en junio de 1905.
Su primera novela en publicarse fue The Boats of The Glen Carrig (conocida en español como Los Náufragos de Las Tinieblas) en 1907. Según investigó el crítico Sam Gafford esta novela sería la última que escribió el autor. A partir de ciertas cartas pudo establecer que sus otras tres novelas, a pesar de ser publicadas posteriormente a The Boats... fueron anteriores en su escritura. Así la mencionada The House On The Borderland publicada en 1908 en realidad habría sido escrita en 1904, The Ghost Pirates (en español Los Espectros del Mar o Los Piratas Fantasmas, según que edición se tome) publicada en 1909 habría sido compuesta en 1905 y The Night Land (El Reino de la Noche), su obra más extensa, habría sido escrita hacia 1903 y publicada recién en 1912. Este defasaje entre la creación de la obra y su publicación estaría en relación con los rechazos y eventuales correcciones que sufrían los textos. Lo notable es que, siempre siguiendo a Sam Gafford, la última novela dataría de 1905. Aparentemente desde esa fecha el autor sólo se dedicó a escribir relatos cortos ya que el creciente mercado de los pulps (revistas populares hechas con papel de pulpa) le daba muchas mas oportunidades de publicar. Estos relatos luego fueron compilados en varias antologías.
10. Matthew Lewis
Matthew Gregory Lewis. (Londres, 9 de julio de 1775 - océano Atlántico, 14 de mayo de 1818). Escritor, dramaturgo y político británico.Conocido por Monk Lewis a raíz de su primera obra, El Monje (1796), donde denunciaba la Inquisición española y que le hizo popular entre los británicos.El Monje, de buena acogida entre la mayoría de la población, fue muy criticado por obsceno entre los intelectuales británicos, lo que obligó al autor a dulcificar la segunda edición de 1798, publicada cuando ya era miembro del Parlamento. Es una novela gótica donde se ironiza sobre la hipocresía religiosa. La escribió en tan solo diez semanas. Lord Byron y el Marqués de Sade dieron su visto bueno a la novela en sus correspondientes escritos.