A pesar de su amplio estudio desde fines del siglo XIX, la ciencia conoce muy poco acerca de la naturaleza de las apariciones.
La mayoría de las apariciones se asocian con ruidos, olores extraños, frío extremo y el desplazamiento de objetos. Otros fenómenos incluyen imágenes visuales, sensaciones táctiles, voces y el aparente movimiento psicokinético de objetos. Las imágenes visuales se ven sólo en un pequeño porcentaje de los casos reportados.
Un estudio de apariciones publicado en 1956 por el investigador psíquico estadounidense Hornell Hart y sus colaboradores, mostró que no se observaban diferencias significativas entre las apariciones de los vivos y las de los muertos. Algunas apariciones parecen corpóreas, mientras que otras son luminosas, transparentes o mal definidas. Las apariciones se mueven a través de la materia sólida y aparecen y desaparecen abruptamente.
Pueden arrojar sombra y reflejarse en espejos. Algunas tienen movimientos torpes y limitados, mientras que otras parecen vivas en cuanto a movimiento y palabra. Las apariciones invariablemente están vestidas. Los fantasmas usan ropa a la usanza de su época y los vivos aparecen con la ropa que usan en el momento. Más del 80% de los casos de aparecidos que se han estudiado se manifiestan por alguna razón, como dar a conocer una crisis o muerte, brindar una advertencia, aliviar una pena o proporcionar alguna información necesaria. Algunos casos de aparecidos se dan en lugares donde han ocurrido sucesos fuertemente emocionales tales como asesinatos o batallas, mientras que otras parecen no tener un objetivo.
Las apariciones pueden dividirse por lo menos en siete tipos: Apariciones de crisis: generalmente imágenes visuales que se presentan en visiones de vigilia o sueños en momentos de crisis para comunicar casos de muertes. De manera típica pero no siempre se aparecen ante individuos que tienen lazos emocionales íntimos con el sujeto (la persona que es fuente de la aparición). Apariciones de muertos: manifestaciones de los difuntos, generalmente poco después de su muerte, para reconfortar al doliente, comunicar información, concluir asuntos pendientes o anunciar su papel de espíritu guardián. Apariciones colectivas: manifestaciones, ya sea de vivos o muertos, que ocurren simultáneamente ante múltiples testigos. Aproximadamente 1/3 de las apariciones son colectivas.
- Apariciones recíprocas: apariciones de personas vivas en las cuales tanto el agente como el perceptor (la persona que percibe la aparición), separados por la distancia, se experimentan el uno al otro simultáneamente. Una posible explicación es que el agente tiene un fuerte deseo o impulso de ver al perceptor e inconscientemente se proyecta extracorporalmente.
- Apariciones verídicas: son aquellas que pueden ser corroboradas por hechos. Son las de más valor e interés para los parapsicólogos.
– Apariciones en el lecho de muerte: imágenes visuales de seres divinos, personajes religiosos, luminosidades y seres queridos muertos, identificados por el moribundo en su lecho de muerte.Apariciones que sugieren casos de reencarnación: “sueños anunciadores” en los cuales el difunto se aparece en sueños a un miembro de la familia en la cual va a nacer. Tales sueños ocurren con frecuencia entre los tingit y otras tribus nativas del noroeste americano y en Turquía, Birmania y Tailandia.
- A fines del siglo XIX, se iniciaron estudios sistemáticos de apariciones hechos por la Society for Psychical Research de Londres. Sus miembros fundadores, Edmund Gurney, Frederic W.H. Myers y Frank Podmore, interrogaron a unas 5.700 personas acerca de las apariciones y publicaron sus hallazgos en Phantasms of the Living en 1886. En 1889, Henry y Eleanor Sidgwick, Alice Johnson Myers, A.T. Meyers y Podmore llevaron a cabo un “censo de alucinaciones”.
Así reunieron información de 17.000 personas de las cuales 1.684 (9,9%) reportaron experiencias de apariciones, tanto de vivos como de muertos. Algunas experiencias fueron presenciadas colectivamente.