jueves, 28 de agosto de 2014

A 42 AÑOS DE SU SUICIDIO: Alejandra Pizarnik









La vida de Alejandra Pizarnik


Por sus versos surrealistas, las circunstancias de su muerte y su carácter depresivo, se ha creado una suerte de mito alrededor de la figura de Alejandra Pizarnik, una de las grandes poetas del siglo XX.

Pizarnik nació en Buenos Aires en 1936 a una familia de inmigrantes rusos-judíos. Sus padres le pusieron Flora, nombre que dejó de usar después de la publicación de su primer libro La tierra más ajena en 1955. Durante este periodo de su vida, Pizarnik cursaba clases de filosofía, periodismo y literatura en la Universidad de Buenos Aires. También se interesó en el psicoanálisis y comenzó a tomar clases de pintura con el pintor surrealista Juan Batlle Planas.

En 1960 se trasladó a París, ciudad donde pasaría cuatro años de su vida y forjaría amistades con Julio Cortázar y Octavio Paz, quien escribió el preámbulo a su libro Árbol de Diana. Recibió las becas Guggenheim en 1969 y Fullbright en 1971. Tras su retorno a Buenos Aires, pasó un tiempo internada en un hospital psiquiátrico y en 1972, durante una salida de fin de semana, se quitó la vida con una sobredosis de Seconal.

La poesía de Alejandra Pizarnik
La poesía de Pizarnik es surrealista, sin embargo no se encasilla fácilmente en ningún movimiento dentro de su generación y la poeta no tuvo interés en la poesía comprometida que se escribía en Argentina durante estas décadas de tensiones políticas. El rasgo que más destaca de su poesía es el uso de imágenes ilógicas y oníricas. También emplea el simbolismo, lo cual muestra la influencia de los simbolistas franceses que leyó en su adolescencia, incluyendo a Rimbaud, Verlaine, Mallarmé y Lautremont. Las imágenes surrealistas y los símbolos ilustran los siguientes temas que aparecen frecuentemente en su obra:
La muerte
El silencio
La infancia y la orfandad
La enajenación
El ensimismamiento
El desdoblamiento del yo
La angustia existencial