Bruce Lee sigue siendo hasta el día de hoy el ícono más grande de las artes marciales en el cine. Y es quizás su misteriosa muerte la que ha seguido alimentando y haciendo crecer el mito, mito del cual su propio hijo no pude salvarse.
Mientras filmaba El Cuervo en 1993, en el set de grabación, en lo que ha sido definido por muchos como la repetición de una maldición por la cual fue muerto su padre, Brandon Lee se encontraba grabando una de las últimas escenas para terminar el rodaje de El Cuervo, cuando en lugar de recibir una bala de salva recibió una bala real que lo mató en el instante. Brandon murió el 31 de marzo de 1993 durante la filmación de la película El Cuervo por una bala calibre 4,4 que debía ser de fogueo Y en esta ocasión, el director terminó la cinta reemplazando a Brandon Lee por imágenes digitales. Según investigaciones posteriores se determinó que la bala que acabó con su vida se había alojado en el arma cuando fue utilizada en una escena anterior, en la cual un casquillo de percusión fue disparado y empujó la bala suelta de su hueco. El disparo alcanzó a Brandon Lee en el abdomen y le produjo la muerte horas después en un hospital de Carolina del Norte.
El disparo se produjo mientras se filmaba una escena que aparece casi al comienzo de la película, cuando al personaje de Lee (Eric Draven) le dispara el personaje de Michael Massee, Funboy. El accidente se produjo a ocho días de terminar la filmación (faltaban principalmente escenas retrospectivas del apartamento del protagonista y su novia) y fue completado mediante un doble y efectos digitales. Brandon fue enterrado junto a su padre en el cementerio Lake View de Capitol Hill, Seattle, Washington.